31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: Días 3 & 4

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Competencia Argentina: «Los Ganadores» Dir. Néstor Frenkel

Néstor Frenkel es sin dudas uno de los documentalistas más interesantes de nuestro cine nacional. Pocos realizadores manejan un estilo tan singular y visible como él; personajes pintorescos y cotidianos aparecen siempre retratados de una forma en la que el absurdo y lo solemne conviven en una armonía perturbadora.

Nunca sabemos muy bien qué es lo que piensa Frenkel, si se ríe de los personajes por como los muestra o si es el propio espectador quien debe hacerse cargo de sus risas. Es un fino límite que el director camina.

Sobre esto hablábamos con un amigo luego de la función ya que, Los ganadores, su última película, lleva al extremo el estilo  del realizador.

La película cuenta el mundo que existe detrás de las entregas de premios, pero no se trata de cualquier tipo de ceremonia. Alejado del ambiente glamoroso, Frenkel nos introduce en un submundo de premios a programas de la periferia de los grandes medios: Las AM & FM de barrio y los canales de cable locales.

El ambiente es inmensamente cotidiano, y la risa que nos provoca el relato no hace más que hacernos reflexionar sobre qué es un premio y qué significa ganar uno. Una pregunta interesante -que de manera subliminal el documental desliza- sería plantearse si realmente existe una diferencia entre este tipo de eventos y los más glamorosos. Con certeza, ese mundo que tan bizarro nos parece podría resultar más honesto y humano que el que transcurre, por ejemplo, en este mismo festival.

En definitiva, Los ganadores, es una película que, sin dejar de ser extremadamente divertida, permite muchas líneas posibles para reflexionar e interpretar. Algo que Frenkel siempre nos permite: Pensar y alegrarnos.

Panorama: «Operación Avalancha» Dir. Matt Johnson

¿Cómo sería un documental que retratara el falso alunizaje de la misión Apolo? Ese es uno de los posibles puntos de apartida de Operación Avalancha, la nueva película de Matt Johnson (The Dirties).

Protagonizada, escrita y dirigida por el propio Johnson, la película narra, mediante la utilización de una estética de falso documental, la posible conspiración que pudo existir respecto de cómo se habría fingido la llegada a la luna. Filmada de forma notable en un digital que emula el 16 mm, Johnson estructura con maestría una película muy difícil, con un tono de comedia seca que nunca pierde el verosímil y manteniéndose fresca a lo largo de los 94 minutos de extensión del film.

Operación Avalancha es una película extremadamente compleja de filmar, realizada con un virtuosismo notable y narrada con un pulso más que medido. El film jamás desorienta al espectador, incluso con un punto de giro sobre el final que no solo es brillante, sino que además demuestra el excelente director que hay detrás de la figura de Johnson. Seguramente estemos frente a una de esas joyas que, con el correr de los años, se transforme en una película de culto.

Panorama: «Capitán Fantástico» Dir. Matt Ross

Bueno – sí esto es una reseña que arranca con «bueno»-, Capitán Fantástico es la mejor película «industrial« del 2016. No sé si hace falta decir mucho más, pero me arriesgaré a mencionar que tiene altas probablidades de ser la candidata a ganar todos los premios grandes que entrega Hollywood.

La pregunta que valdría hacerse es si esto necesariamente implica que Capitán Fantástico es una buena película. La respuesta, como siempre, es compleja. Lo primero que debería decirse es que se trata de una película altamente eficaz y efectista: busca generar ternura, alegría y emocionar, y todo eso se logra en los momentos indicados. No le sobra, no le falta.

Debería por ahí hacer un segundo visionado, alejado de toda la belleza y ternura que  irradia y que por ahí no permite hacer un análisis muy lúcido del discurso. Discurso de una película sobre individuos antisistema, con fuertes críticas al consumo, pero que lo realiza y deglutirá la industria más comercial de nuestros días: el espectáculo.

Podemos dejar de lado lo anterior, por supuesto, y sostener que Capitán Fantástico es una belleza de película.  Actuada y filmada de manera hermosa, emotiva y reflexiva. Una película, como las que Hollywood ya no hace.

La premisa -ya que en algún momento debería hablar del argumento, o algo así se supone- es muy peculiar: Viggo Mortensen vive en una suerte de ecoaldea propia con sus muchos hijos. Allí cazan, se entrenan en la naturaleza y estudian alejados de todos los vicios de nuestro mundo actual. Salen a la superficie lo mínimo y necesario.

La cosa se complica cuando la esposa bipolar del bueno de Guido se suicida y la película se transforma en una suerte de road movie donde el padre y su prole deben rescatar a mamá, y evitar que su burguesa familia incumpla los últimos deseos de la finada.

La explicación burlona es adrede, la película es abrumadora y muy disfrutable. Todo se resignifica y cobra un mayor sentido cuando lo vemos a Viggo tomándose unos mates.

 

Panorama: «2001: mientras Kubrick estaba en el espacio» Dir. Gabriel Nicoli

La nueva ficción de Gabriel Nicoli tiene una enorme cantidad de aciertos, tanto realizativos, como narrativos. Para empezar pone el foco en un contexto muy poco ahondado por la ficción nacional: la crisis del 2001. Por otro lado está orientada a un público adolescente, algo que tampoco nuestro cine nacional ha explorado demasiado.

Como una suerte de Coming of age entrecruzada con road movie, Nicoli toma la historia de tres adolescentes perdidos en un país que se prende fuego. Con mucha solidez realizativa – y un gran aprovechamiento de los pocos recursos disponibles – el director plasma a través del sonido y pequeñas imágenes muy bien calculadas, el contexto de las revueltas y tumultos que vivía nuestro país hace 15 años.

El trío protagónico, enormemente interpretado por Malena Villa, Vicente Correa y Alan Daicz, inicia un viaje casi como una excusa para salir de una capital, que parece no tener nada ya que ofrecer. Por supuesto, como sucede siempre en este tipo de películas, el trayecto los modificará para siempre. O algo así, porque el acierto narrativo del realizador es clave para no caer en lugares comunes y utilizar solo las convenciones del género mínimas y necesarias para transmitir la historia que quiere contarnos.

Más allá de algunos guiños un poco obvios y algunas que otras referencias erradas respecto al contexto (por ejemplo aparecen locaciones abandonadas hoy, pero que en el 2001 estaban en pleno funcionamiento), la película logra transmitir una mirada sobre nuestro país sin caer en los estereotipos y en las típicas solemnidades de nuestro cine nacional. Es un relato tierno, muy bien interpretado y con una imagen muy agradable.