Reseña: El Contador

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A los 40, 45 minutos de película una semilla de idea me sobresaltó que para cuando rodaban los créditos ya se parecía al olmo que no para de crecer en el medio de Plaza San Martín. No, no es que «El Contador» de para un análisis fabuloso sobre sus subtextos, simbología y/o mithos. Ni de casualidad.

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El haber

Un hombre versado en múltiples artes marciales y uso de armas, parco como él solo. Solitario, asistido por un británico, mantiene una identidad escondida que utiliza para descubrir, e investigar -con habilidades detectivescas superlativas- organizaciones delictivas y destruirlas aunque a veces ha trabajado con ellas por razones. Es Batman ¿no? Respondería un incauto sin siquiera haber leído el título de la nota. No sea boludo/a don/ña. Si dice «Reseña: El Contador» es porque la reseña es de «El Contador» cuya premisa es sospechosamente similar a el background de «Batman». No ayuda que el contador en cuestión sea interpretado por nuestro simpático y granítico Ben Affleck, el mejor encapotado de la historia hasta la fecha. Si nos ponemos a sospechar, podríamos pensar que el fin de esta película es un test drive. Que Gavin O’Connor y Bill Dubuque (director y guionista respectivamente) se anotaron por el cheque para hacer una película para que Ben Affleck testee Batman antes de «The Batman». Los hechos son conocidos. El universo DC es un desastre al día de la fecha y el buen Ben no quiere ser él quien choque la Maserati de WB que es el hombre murciélago. Ya se que la teoría es loca, pero aguanten a ver («haber»)la película.

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El debe

Ben Affleck es el Contador. El nombre real no es relevante porque es un nombre falso, pero para que no me odien a todo efecto se hace llamar Christian Wolff. Wolff es autista. Y obviamente, como sucede en Hollywood casi siempre, su autismo lo hace casi un genio y los problemas de su enfermedad se reducen a gritar angustiado cuando se va su mamá (cosa que yo también hacía todos los días cuando era chico y no soy autista). Su memoria, capacidad de análisis y nivel investigativo le resolverían los problemas a la AFIP de acá hasta el 2040. Así de grande. Al contador Wolff lo contrata una firma dirigida por un capo de la tecnología robótica llamado Lamar Black (John Lithgow) y su segunda, Rita Blackburn (Jean Smart) porque Dana Cummings, una de sus contadoras junior (Anna Kendrick) descubrió irregularidades en las cuentas de la empresa. Rara la conexión porque Wolff tiene una pequeña firma en un centro comercial y se ocupa de los locales de la zona y de gente que gastó de mas. No obstante, en una noche de trabajo, Wolff, descubre el pescado podrido y acto seguido su vida y la de Dana se ve amenazada por un grupo de mercenarios semi terroristas comandados por Jon Bernthal que interpreta al tal Brax. Todo esto mientras que por el frente legal -y acá se viene la conexión mas loca de todas- el contador es «perseguido» por el capo de investigaciones del Tesoro, Ray King, interpretado por J. K Simmons aka el proximo Gordon en Batman, que sabe (mucho) mas de lo que le dice a su subordinada Marybeth Medina  que es actuada por Cynthia Addai Robinson, que fue Amanda Waller en “Arrow” y en este punto ya pueden reírse porque yo soy un conspiranoico hasta que empiezo a ver pruebas por todos lados.

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El Balance

Sacando de lado los parecidos o similitudes, obviamente “El Contador” es un producto dirigido al espectador que disfrutó “John Wick” o “Jack Reacher” (o la saga Bourne). Un héroe con una debilidad que en un punto es una fortaleza, casi infalible, totalmente implacable y encima que es un genio. Va al eje de la testosterona de todo espectador de mediana edad con la panza asomando y cumple su cometido. La dirección de O’Connor (el de “Warrior” con Tom Hardy) es correcta para un guión que alterna momentos solemnes con alguna situación graciosa sobre todo en las interacciones entre el personaje de Affleck que por su condición tiene alguna inconsistencia a la hora de relacionarse, y Kendrick que tiene una dote cómica muy aceitada. Es como si Affleck hubiera querido probar “Batman” con una tonalidad mas “Marvel”.
Vale la entrada de viernes por la noche.