Reseña: «The Big Short» (La gran apuesta)

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Hace casi ya ocho años el mundo se veía shockeado por la crisis económica mundial más grande que había conocido desde la caída de la bolsa en 1929. Los mercados se desplomaban, los bancos empezaban a quebrar, miles y miles de personas perdían su trabajo y muchísimos países colapsaban puertas adentro. El epicentro de toda esta calamidad financiera no podía ser otro que Estados Unidos.

Los resultados que arrojó semejante crisis recién por estos días comienzan a mermar, hace pocos meses el famoso país del norte lanzó su nuevo plan económico que tiene la finalidad de repatriar todos los dólares que se fugaron luego de semejante caída.

Todo este escenario, sumado a los desastres climáticos que sufrió USA (seguro recordaran ese tandem letal RITA-KATRINA), generaron un movimiento de películas que ponen el eje en analizar la transformación social que vivió el país luego de estos acontecimientos. Hay miradas que se concentran en lo que ocurrió en New Orleans (Bestias del sur salvaje, por ejemplo); historias que se ocupan de mostrar la marginalidad de las ciudades industriales o más populosas (Killing them softly,  Out of the furnace); y luego están las películas que intentan explicar el conflicto concretamente, dando una visión sobre el mercado bursátil y la burbuja inmobiliaria (Wall Street II, Margin Call). Es en este último grupo en el que podríamos introducir a The Big Short.

La nueva película de Adam McKay (Anchorman: The Legend of Ron Burgundy, Anchorman 2: The Legend Continues, Step Brothers) sorprende, no sólo por lo inusual que resulta ver a este realizador de la escuela de Saturday Night Live al frente de un proyecto completamente diferente al de toda su filmografía; sino también por lo fresco, dinámico y poco convencional del relato y el montaje de la película (un aspecto clave y fundamental, no por nada su editor está nominado en la categoría para la próxima entrega de los Oscars).

The Big Short nos presenta a una serie de individuos que predicen antes que nadie el estallido de la burbuja inmobiliaria y el crash de la bolsa. A partir de allí vemos como cada uno de los personajes intenta de diferentes maneras anteponerse a lo que se viene y sacar un provecho económico, haciendo un poco de caso al dicho ese que dice que los negocios se hacen en épocas de crisis.

La película plantea una mirada bastante interesante sobre el tema, ya que a diferencia de sus predecesoras cumple una función didáctica al explicar con claridad el conflicto, pero lo resuelve con mucha originalidad y frescura, para no ser sólo una bajada de información. El guión está basado en un libro homónimo del periodista Michael Lewis, con lo cual al parecer los personajes están inspirados en sujetos reales.

Otro muy buen punto a destacar es el enorme trabajo de los actores que reúne McKay para su película, otra suerte de Dream Team Hollywoodense (al igual que pasaba en Spotlight) que tiene como principales protagonistas a Christian Bale, un moreno – y  extrañamente bronceado – Ryan Gosling, y a Steve Carrel, una suerte de Francella yankee, que prueba con creces que está para más cosas que una comedia socarrona. Si a todo esto le sumamos unas pinceladas de Brad Pitt, que siempre la rompe toda, el resultado es una película ideal para aquellos que buscan algo más que un buen pochoclo, pero que tampoco están tan locos como para irse al BAFICI.