Nordisk Panorama Cuarto Cruce: aquello que nos define
Cuarto día cruzando el mar Báltico para llegar a la ciudad sueca.
Tomo mate y ruego que no pidan pasaporte en el cruce para que no se demore, porque estoy llegando tarde, y porque tengo hambre… este paquete de cortometrajes con el que arranca el día va con desayuno al igual que el de ayer.
Llego corriendo, agarro mi plato, entro a la sala y me siento en el único sillón que queda libre.
Es una experiencia interesante el no atreverse a levantar la cuchara durante la proyección; nadie lo hace. Pasan los créditos, ruido de cubiertos. Hasta que empieza el próximo, y así. A ver qué dicen estas chicas.
Steady as She Goes: las mujeres
Sorry Not Sorry, de Julia Thelin (Suecia) abre la tanda de este paquete de cortos, ya está empezado cuando llego e intento no hacer ruido pero necesito café.
Un bote en el medio del agua con cinco chicos y una mujer. La están maltratando, en la hora perfecta y mágica para filmar en una locación así. Se burlan de su edad (42), y se rompe la lancha nuevamente. Por supuesto se burlan por el hecho de que es mujer. Cinco machitos y una mujer. Pero resulta que esta mujer tiene una habilidad, que es reparar lanchas. Volvía ella de una fiesta cuando estos chicos que integran un coro le piden que los ayude a repararlo. Y ahora nuevamente en medio del agua, se rompe. Así que la tortilla se da vuelta y ahora ellos harán lo que les diga. Espectacular. Ah, y por Dios, qué actriz, qué mirada. Así que llegué tarde, pero sorry not sorry.
Y Anniina Joensalo (Finlandia) con su cortometraje Filia hace que no tengas ganas de darle ni un trago más al café.
María, de unos treinta años, corre por el bosque y, muy agitada, frena para fumar. Esto ya determina el tono de la película. En ese recorrido se encuentra con un cadáver de un chico muy guapo, y esto despierta un deseo sexual en ella, que lo lleva hasta el extremo de lo posible robándose el cadáver de la morgue, teniendo sexo con él, y deshaciéndose de él porque el perro se lo come. Ahí vomita y nosotres con ella.
María no sólo había encontrado su deseo sexual sino también el amor.
Lo interesante que dice su directora en el Q&A es que la protagonista nunca juzga lo que hace, no se lo cuestiona, y que ese es en todo caso nuestro trabajo.
Las vulvas tienen nombres en Sara’s Intimates Confessions.
Esta vulva es sueca y le pertenece a una danesa, que está de intercambio en Noruega.
Este corto me llevó automáticamente en Scott Pilgrim Against the World, del queridísimo Edgar Wright, no por la trama sino por las búsquedas realizativas.
Aunque esta tiene un agregado, una chica portadora de una vulva parlante (muy bien animada), que siente que no encaja dentro de los estándares de belleza porque es gorda, demasiado alta, y todo lo que ya sabemos. Va teniendo situaciones muy divertidas en las que se muestran estas inseguridades, como no querer estar arriba mientras tiene sexo por miedo a aplastar a su pareja sexual, como que su enamorado profesor no la puede alzar en sus sueños y se le cae, o como una escena espectacular en la que saltan de un espacio diegético a otro, mientras están tomando en un boliche se corta la música y una entrenadora bien estereotípica, que hace comentarios muy brutos y en contexto muy cómicos, empieza a dividir equipos y los varones tienen que elegir a las mujeres para ver con quién jugar. Típica escena de clase de educación física en el colegio, mezclada hermosamente con una noche de pesca. La directora noruega realiza este corto como tesis de graduación de la Escuela de Cine de Noruega, y ahora está desarrollando la serie que continúa la historia de esta simpática y cínica vulva. Tiene sentido, dice, que si los penes tienen nombre, las vulvas hablen.
Scheme Birds: poesía en las peleas
“¿Qué están haciendo?” Les pregunta Gemma a las directoras Ellen Fiske y Ellinor Hallin. “Estamos filmando una película sobre el barrio”, y ella le contesta: “¡Ay, qué aburrido! Deberían hacer una película sobre mí”.
Así empieza todo, nos cuentan las directoras después de la proyección.
Este film es lo que es gracias a esta adolescente que dice que desde que nació vio peleas. Vive en un barrio marginal de Escocia, entre su abuelo que la crio y cría, su novio, y la banda de amigos, scheme birds.
A lo largo de la película se desarrollan los vínculos de Gemma, que está encuadrada, construida como una niña, adolescente, obstinada, tierna.
La vida de Gemma es muy complicada en términos de hitos dramáticos que se van sucediendo: su madre no la quiso criar y se hizo cargo el abuelo; queda embarazada del novio del barrio y el abuelo deja de hablarle; se van con el novio a vivir a otro lado pero al tiempo Gemma le corta porque no deja de salir, ya con un hijo; a un amigo le pegan un tiro en la cabeza y fue su primo…
Pero no vemos sólo eso, o por lo menos su vida no está construida desde el punto de vista de las peleas a pesar de que estas estructuren el film, sino que esta carismática poeta adolescente nos muestra a su abuelo criar y amar a las palomas –que en la ciudad generan repulsión– más que a su vida, y vemos volar bandadas como un pacífico e hipnótico espectáculo, y competencias de palomas donde aprendemos a mirarlas de cerca y así valorar sus cualidades.
Las directoras, que suelen trabajar juntas, cuentan que Gemma estaba sorprendida cuando vio la película. Estaba acostumbrada a los reality shows que hacen sobre ellos y estaba muy contenta de que se la muestre como una buena madre, y que por primera vez, su vida o cómo la ven desde afuera y cómo la muestran no estuviera centrada en las peleas.
Gemma se desenvuelve delante de la cámara como si fuese una actriz dotada de un talento natural, poético, que ojalá podamos volver a ver en la gran pantalla.
Lyndy the Return of Little Light: muchos clósets
Esta es la historia de un hombre, Lindy, que viene de una familia roma viajante, una “minoría étnica”, aunque no me gusta el término pero es como se dice.
Lindy vivió desde niño el miedo a la segregación y por eso ocultó durante años parte de su historia, al vivir en Suecia.
La fantástica imaginación de Lindy nos hace viajar con él a su niñez al momento en el que se ponía su disfraz de superhéroe “Little Light” y desde su pecho irradiaba luz para el mundo.
Se va describiendo en capas: homosexual, nos cuenta que siempre tiene la sensación de tener que avisar que es gay cuando conoce a alguien, o siente que está de alguna manera ocultando algo. Pero de ese clóset ya salió.
Además de ser roma viajante, Lindy es un artista, y en esta película gracias a la mirada de la directora sueca Ida Persson Lännerberg podemos disfrutar de su penetrante, envolvente y bella voz y música rumaní, sus shows queer, y el mundo y clima del teatro, mágico y fantástico, bien filmado.
Ahora la identidad de Lindy se pone en jaque cuando lo invitan a participar de una “Armada Teatral de Romas Viajantes”, en la que se juntan muchos artistas roma para mostrar de dónde vienen y su cultura, en un teatro de Berlín. Ahora tiene que salir del clóset de la nacionalidad, de los orígenes culturales. Nunca creyó que sería tan difícil salir al escenario a decir su nombre y apellido, sin disfraces.
Ver el proceso de conformación de este artista y definición por él mismo en capas, desde Little Light al Lyndy que habla desde el escenario en Berlín de las atrocidades cometidas a su pueblo, a su familia en particular, y su pedido de disculpas al mundo por haberse escondido y a los miembros de su familia con nombre por haber callado, es muy emocionante y para celebrar.
Esta es una película sobre la identidad. Me gusta pensar que la historia de Lindy es una película que habla a partir de su historia más sobre el mundo. Agradezco que una persona sea capaz de desnudarse así para hacernos ver a nosotres mismes a partir de su propia vida.
Mating: la cita perfecta
Esta cuarta jornada de festival no pudo haber terminado tan sagitario-leo match, fuegos artificiales.
Les que me conocen saben de mi fuerte obsesión con los signos zodiacales, aun sin saber nada de astrología.
Mating nace como un proyecto experimental que pretende adentrarse en los vínculos sociales de los millennials y, para eso su directora, Lina Maria Mannheimer, abre una convocatoria online en la que seleccionará dos chicxs que entregarían acceso completo a sus redes sociales y cuyas vidas estarían en la película, por separado. Pero leo y sagitario…
Resulta que les seleccionadxs Edvin y Naomi en sus tempranos 20 se encuentran, y cambio de planes, veintidós horas virtuales de charlas diarias. Uno en Ámsterdam, la otra en Estocolmo. Ella viaja. Fuegos artificiales.
Todo este desarrollo nos lo cuentan elles a través de sus cámaras y por eso es que cada plano tiene una intensidad millennial magistral. En ningún momento se encuentran carne y hueso con la directora. Pero a medida que estos personajes se van conociendo, van teniendo una entrevista semanal virtual con Lina, a quien nunca le vemos el rostro, a la que usan de confidente tanto para revelar sentimientos no revelados entre sí, como sus inseguridades más profundas, sucesos del pasado, temas de familias disfuncionales.
El vínculo que construyen estes personajes escribe el guion perfecto de una película que lo tiene todo. Nos muestran enamorarse, llorar, sufrir de amor, enamorarse otra vez, expresar su sexualidad, y finalmente amarse, en el sentido más profundo de la palabra; y lloramos y nos reímos con elles. Les amamos en sus encuentros y desencuentros, en Suecia, Ámsterdam y Singapur, porque así es como es en la vida.
Gracias Naomi y Edvin por llevarme a los 20, mirando a través de sus ojos.
Gracias a esta película por mating-me esta noche y hacernos salir sonriendo. Esas son las mejores citas.