Chespirito: Sin querer queriendo

¿Te acordás de Chespirito? Volvió… y en forma de fichas.

Bueno, el chiste original de Los Simpson es con Alf, pero se puede aplicar perfectamente aquí para hablar de la serie en cuestión.

Esto se debe a que, en especial El Chavo, atravesó a generaciones enteras. Con sus chistes se rieron quienes hoy son abuelos, quienes hoy son padres y también quienes hoy son niños.

El Chavo y El Chapulín Colorado, entre tantos otros, fueron programas que nacieron de la mente del genio de la comedia blanca Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito. Y aunque su auge fue hace 50 años, en la década del 70, nunca perdió vigencia.

La prueba está en YouTube: cualquier video sobre la vida de Chespirito y sus compañeros de elenco, sobre teorías, secretos, conflictos o chismes relacionados con su nombre, sus creaciones y sus relaciones, supera fácilmente las 200 mil visualizaciones, y muchos alcanzan el millón, los dos millones o más. Los títulos van desde estaban todos peleados, Florinda, la mala de la vecindad o la traición de Quico. Y en eso anda Chespirito: Sin querer queriendo.

La serie tiene dos líneas narrativas bien marcadas. Una se desarrolla en el “pasado”, es decir, en el recorrido biográfico de Roberto Gómez Bolaños. Desde su tierna infancia, marcada por la pérdida de su padre, hasta el despertar de su amor por el arte al descubrir el circo, sus inicios como guionista y los primeros programas. En fin, la vida de un artista incomprendido que busca llevar felicidad a un mundo complicado.

Así, presenciamos los hitos más importantes en la vida del ícono de la comedia latinoamericana y las luchas que enfrentó para llevar sus ideas a la televisión. También los momentos de inspiración con los que creó a sus personajes más queridos, como el Doctor Chapatín, Ciudadano Gómez y Chaparrón Bonaparte; además de las frases que se volvieron mantras de generaciones: ¡Síganme los buenos!, No contaban con mi astucia, Eso, eso, eso o Fue sin querer queriendo.

Pero lo más importante de este “pasado” es el nacimiento del amor por sus dos familias. Para Chespirito, una fue la que conformó con Graciela, novia de la adolescencia y esposa con la que tuvo seis hijos; y la otra, la familia que creó para la televisión: los actores y actrices que dieron vida a sus personajes en la vecindad y otras producciones.

Claro que no todo fue color de rosas. Como suele decirse, la fama es dulce, pero tiene un sabor amargo. El éxito significó para Chespirito pasar menos tiempo con sus hijos y esposa, lo que abrió una grieta en el matrimonio que poco a poco los fue alejando. Ya nada era como antes.

La otra línea narrativa nos sitúa en 1978, con el famoso viaje de todo el elenco de El Chavo a Acapulco. De seguro, recordás esos episodios de tu infancia, viendo la tele mientras tomabas la leche.

Este viaje marca la ruptura definitiva de esa familia artística de Chespirito. Los principales factores fueron el alejamiento de Carlos Villagrán, el actor que interpretaba a Quico (y que incluso con 80 años sigue poniéndose el traje), quien consideraba que era más importante que El Chavo y quiso independizarse con su propio programa en Venezuela, donde le ofrecieron un dineral.

El otro factor fue el enamoramiento de Chespirito con Florinda Meza, quien en ese momento estaba comprometida con el director del programa, Enrique Segoviano.

Los dos últimos capítulos adquieren el tono de una clásica telenovela mexicana con su triángulo amoroso. Todos conocemos el final: Chespirito se separa de Graciela y se va con Florinda. No es spoiler, lo sabemos desde el primer episodio; por eso la trama se ubica en 1978, el viaje que lo cambió todo y donde confluyen las dos líneas narrativas.

Las interpretaciones de los personajes son muy logradas. Se nota el trabajo de los actores y actrices al copiar gestos y tonos. Los intérpretes que siguen vivos, María Antonieta de las Nieves y Édgar Vivar, además de hacer cameos, mantuvieron estrecho contacto con sus respectivos actores para lograr esa mimetización.

¿Lo hicieron todos los actores vivos? Pues no. La serie no escapó a las polémicas, especialmente por quienes fueron retratados como antagonistas en la trama.

Los personajes de Florinda Meza, Carlos Villagrán y Enrique Segoviano fueron renombrados porque no dieron permiso para la interpretación.

Mientras que Villagrán y Segoviano prefirieron mantener silencio, Florinda Meza se hizo escuchar acusando a la serie de faltar a la verdad. Claro que la movida no le salió del todo bien porque le recordaron una vieja entrevista en la que decía que Gómez Bolaños tenía seis errores: sus hijos.

Como sea, las polémicas le sirvieron a la serie. Igual que en YouTube, todos quieren conocer las miserias de esa vecindad que alegró millones de infancias.