The Glass Dome, otro acierto de Netflix

Introducción
La serie sueca La cúpula de cristal (The Glass Dome – 2025) narra la historia de Lejla, una criminóloga que regresa a su pueblo natal tras la muerte de su madre adoptiva. Allí, una niña desaparece, y Lejla, que pensaba quedarse solo unos días y regresar a su hogar para continuar con su vida, decide permanecer un tiempo más y se involucra en una investigación que la lleva a confrontar con su pasado, marcado por su propio secuestro durante su infancia.
La serie de solo 6 episodios, que está teniendo un notable éxito en la plataforma de Netflix, es un thriller psicológico que explora temas serios como el trauma, la culpabilidad y la búsqueda de la verdad. Lejla, interpretada por Léonie Vincent, es una mujer atormentada por su pasado, y la desaparición de la niña la obliga a enfrentarse a sus miedos más profundos.
Creada y escrita por Camilla Läckberg, reconocida autora sueca de novelas policiales, la serie se inicia con imágenes de un secuestro que ocurrió hace muchos años, cuando Lejla, la protagonista, era niña y fue raptada por un desconocido y encerrada en un cubo vidriado.

En la actualidad de la trama, ella es una respetada criminóloga especializada en mentes criminales, alguien que desarrolla su carrera en los EE. UU. Su vasta experiencia en la materia le permite conocer, como pocos profesionales, los patrones mentales de los secuestradores y abusadores de menores, delincuentes de los cuales fue víctima en su infancia. Y si bien nos enteramos muy de a poco qué fue lo que le sucedió en aquellos jóvenes años de su vida –los recuerdos de ella son confusos al principio–, queda en claro que todavía, a pesar de los años y la maduración, se encuentra perturbada por esa traumática experiencia infantil.
En cierto sentido, este thriller nórdico funciona como una miniserie policial clásica, siguiendo todos los códigos del género; y lo hace de una manera elegante y prolija, aunque lo que muestra carece de recursos originales. En su desarrollo, se mantiene fiel al catálogo de procedimientos típicos en esta clase de casos policiales.
En la trama, Lejla vuelve a Gränna (una localidad del municipio de Jönköping, condado de Jönköping, Suecia, radicada en Småland, en la orilla oriental del lago Vättern), convocada por la noticia de la muerte de su madre adoptiva. Allí la espera Valter (Johan Hedenberg), su padre adoptivo, conmovido por la muerte de su esposa. Valter es un policía retirado de las fuerzas locales y ha promovido a su hermano Tomas para que lo reemplace en el cargo.
Pronto se sabe que Valter y su fallecida esposa adoptaron a Lejla después de su secuestro y liberación, a partir del suicido de su verdadera madre.
Aquellos hechos trágicos fueron investigados en su momento por la policía local a cargo de Valter, pero las investigaciones no lograron desentrañar lo que pasó, ni descubrir y atrapar al responsable de aquel crimen. Desde entonces, Lejla vivió y se crio con el matrimonio adoptante, a quienes llegó a considerar su nueva familia.

En la actualidad, después del reencuentro con mucha gente conocida del pueblo y del entierro de su madre adoptiva, Lejla decide visitar a su amiga Louise, a modo de despedida, y la encuentra muerta. Simultáneamente, descubre que ha desaparecido la pequeña Alice, la hija de la víctima.
El padre de Alice y esposo de Louise se encuentra lejos de la casa familiar por esos días.
Como suele suceder, en especial en este tipo de tramas, hay decenas de potenciales sospechosos. Por un lado, está el marido de la muerta, que pronto se descubre que estaban en trámite de divorcio. Por el otro, existe un amante oculto de Louise, que será difícil de involucrar por razones que no conviene develar para evitar spoilers. Y en otro orden de relaciones y en lo que respecta a la niña desaparecida, también aparecen indicios de que un obrero de la construcción inmigrante, que trabaja para una compañía vecina, tuvo un sospechoso trato amistoso con la pequeña desaparecida.
Como contexto, existe en las cercanías del pueblo una mina, que le pertenece a la familia de Louise y se encuentra a cargo de su madre y de su sospechado esposo. A su vez, existe un grupo de vecinos, algo irascibles y violentos, que se oponen férreamente al funcionamiento de la mina en la zona, por el peligro que acarrea para el pueblo. Los más exaltados piden directamente su cierre. Para colmo, el marido de Louise es extranjero y esto exacerba el costado racista de los integrantes del movimiento opositor y agrega otra hipótesis a los actos criminales sufridos por la familia dueña de la compañía minera. Aunque, el mayor enigma se focaliza, de todas maneras, en saber si el rapto de Alice tiene alguna relación con el que, en su momento, padeció la mismísima Lejla, décadas atrás, ya que aquel caso quedó irresuelto y jamás encontraron al responsable.
Ese es el juego dialéctico que el relato presenta, entre paisajes nevados, rutas que recorren frondosos bosques, personajes oscuros y llenos de secretos, y signos de violencia latente que van creciendo con el correr de los episodios.

En ese marco, La cúpula de cristal avanza de un modo bastante académico, explorando la situación de los diversos sospechosos, hasta ir aclarando sus respectivas coartadas, mientras muestra las tensiones que existen entre la policía, el pueblo y la creciente bronca social contra la compañía minera.
Entremezclado con todas estas circunstancias que vive Lejla, sigue vigente su trauma. Y para reforzar esta cuestión, la serie incluye los sueños y pesadillas de la protagonista respecto a su secuestro, sufrido por ella cuando era solo una niña, con una edad similar a la que tiene Alice, la actual víctima que Lejla intenta rescatar.
A esa altura se ha instalado en la protagonista (y en muchos de los espectadores) un par de preguntas que piden respuestas: ¿Si hay alguna relación entre el secuestro de Alice y el suyo? ¿Y si podrá ella, a partir de sus propias vivencias, llegar a resolver el caso y rescatar a la niña?
Con todos estos elementos, la serie logra mantener sus misterios hasta el final. No habrá grandes sorpresas, es cierto, ya que la mayoría de los espectadores conocen los tips del género que aquí se respetan, pero al menos, el final de la historia llegará al cabo de los 6 episodios con la intriga y la dignidad a salvo.
¿De qué manera funciona la serie ante el público de la plataforma Netflix?
La serie sueca, como thriller psicológico, en formato de miniserie policial, ha logrado captar la atención del público de la conocida plataforma de streaming, gracias a su atmósfera inquietante, personajes complejos y una trama que combina el misterio con el análisis profundo de los mencionados temas como el trauma, la culpa y los secretos familiares.
El argumento se sumerge en los recovecos más oscuros de una pequeña comunidad sueca, donde la desaparición de una niña reaviva viejos fantasmas y secretos enterrados, parece atraer el interés de ese público.

A partir de allí, se permite profundizar en algunos otros temas atractivos para los espectadores, como el pecado, la búsqueda de justicia y las llagas que deja el abuso en las personas. Por último, para favorecer el proceso de identificación sucede que, a pesar de sus miedos, la protagonista se siente impulsada a enfrentar su pasado para resolver sus cuentas pendientes y encontrar, a contrarreloj, a la niña desaparecida cuya situación reabre sus heridas, que en definitiva apunta a un deseo compartido por todes, o al menos, por la gran mayoría.
¿Cuáles son los temas principales que aborda La cúpula de cristal?
Uno de los aspectos más destacados de la serie es su enfoque en temas profundos y universales. La serie no solo busca resolver un misterio policial, sino también explorar cómo el trauma infantil puede marcar la vida adulta y cómo los secretos familiares y comunitarios pueden afectar a todos sus miembros. La protagonista, Lejla, representa la lucha interna entre su pasado y su presente, enfrentándose a sus miedos y a la culpa que siente por no haber podido evitar su secuestro y, seguramente, sus trágicas consecuencias.
Además, hay un abordaje de temas sociales como el racismo y la discriminación, evidenciados en las tensiones del pueblo y en las sospechas que recaen sobre ciertos personajes.
La oposición a la construcción de una mina también refleja conflictos económicos y ambientales que generan divisiones en la comunidad.

Después, está la peculiar relación entre los hermanos Valter y Tomas, en la que no voy a profundizar para evitar spoilers.
En definitiva, la serie muestra cómo los secretos y las heridas no sanadas pueden resurgir en momentos de crisis, poniendo en jaque la aparente tranquilidad de una comunidad.
Fortalezas y debilidades de “La cúpula de cristal”, y su aporte al género policial nórdico
Fortalezas
- Una de sus principales fortalezas es la atmósfera cuidada, ambientación y paisaje: Se vale del hecho de que los extensos paisajes nevados, las rutas boscosas y el clima frío son elementos característicos del cine y la serie policial nórdica. Estos paisajes no solo aportan belleza visual, sino que también refuerzan la sensación de aislamiento, tensión y misterio, creando un escenario perfecto para historias de secretos y peligros latentes.
- La profundidad psicológica y la temática emocional: Se destaca por explorar, como se mencionó antes, temas como el trauma, la culpa y la búsqueda de justicia, especialmente a través del personaje de Lejla. La narrativa se adentra en su pasado y en cómo sus experiencias infantiles influyen en su presente, lo que aporta una dimensión emocional que enriquece la trama.
- El abordaje narrativo y dramático: Se combinan elementos de investigación policial, con un enfoque psicológico, utilizando recursos como sueños, pesadillas y flashbacks para profundizar en la mente de Lejla y en los secretos del pueblo. Esto permite una inmersión más intensa en la psiquis de los personajes y en la atmósfera opresiva del entorno.
- La apropiación del género: La serie sigue casi todos los códigos del thriller nórdico, con un ritmo pausado, personajes complejos y un enfoque en la atmósfera. Aunque carece de originalidad en la trama, su ejecución prolija y elegante la hace atractiva para los amantes del género.
Debilidades
- Falta de originalidad en la trama: La serie sigue un esquema bastante típico del género policial nórdico, con desapariciones, sospechosos múltiples, secretos comunitarios y traumas del pasado. Esto puede hacer que la historia resulte un poco predecible para quienes están familiarizados con este tipo de producciones.
- Procedimientos académicos: La narrativa avanza de manera bastante lineal y académica, explorando sospechosos y situaciones sin grandes giros sorprendentes. Esto puede restarle dinamismo y sorprender menos a los espectadores que buscan historias más innovadoras.
- Limitada innovación narrativa: Aunque la serie logra mantener el interés hasta el final, no presenta grandes innovaciones en su abordaje narrativo o dramático, lo que puede hacer que se perciba como una repetición de fórmulas ya conocidas en el género.
Addenda: Aporte del clima y los paisajes boscosos, nevados e invernales, en el contexto general de la producción cinematográfica
Como ya se refirió, y creo que no admite discusiones, los extensos bosques, las rutas nevadas y el frío extremo no solo sirven como escenarios visuales impresionantes, sino que también simbolizan el aislamiento, la dureza y la complejidad de los personajes y sus situaciones. Como puede comprobarse particularmente en La cúpula de cristal, estos elementos climáticos refuerzan la sensación de vulnerabilidad y tensión constante, creando un ambiente en el que el misterio y la intriga se sienten aún más intensos. En el cine policial nórdico, el clima no es solo un fondo, sino una parte integral que ayuda a transmitir las emociones y los conflictos internos de los personajes, también nórdicos en un amplio sentido.

Pero la función dramática de este tipo de climas y paisajes no es de uso y aprovechamiento exclusivo del cine nórdico. En el cine argentino, por ejemplo, sucede algo similar con la Patagonia argentina, que ha sido durante las últimas décadas escenario de varias películas que han sabido aprovechar sus paisajes únicos para enriquecer su narrativa y potenciar el dramatismo, amén de promocionar el bello territorio nacional en la pantalla grande.
Algunos ejemplos conocidos son:
Una muerte silenciosa (2025): El paisaje patagónico, especialmente los bosques y montañas de la región de San Martín de los Andes, no solo sirve como telón de fondo, sino que se convierte en un personaje clave que intensifica la atmósfera de aislamiento, suspenso y tragedia. El frío extremo, la vastedad y el silencio del paisaje patagónico amplifican la soledad de los personajes y contribuyen a la sensación de amenaza y misterio que envuelve la historia.
El faro (2018): Aunque es una coproducción, parte de su filmación se realizó en la Patagonia, aprovechando sus paisajes desolados y su clima extremo para potenciar la sensación de aislamiento y tensión en la historia.
Nieve negra (2017): Esta película, aunque principalmente ambientada en la provincia de Neuquén, en la Patagonia, usa los paisajes áridos y fríos para reflejar el estado emocional de los personajes, creando un ambiente tenso y dramático.
El Aura (2005): La vastedad y el misterio de la Patagonia aportan una sensación de aislamiento y tensión que complementa perfectamente la trama de suspenso y lo desconocido. La ambientación en paisajes patagónicos ayuda a crear esa atmósfera inquietante y enigmática que caracteriza a la película.
Bombón, el perro (2004): Aunque la historia se centra en la relación entre un hombre y un perro, la presencia del paisaje patagónico en algunas escenas aporta un aire de sencillez y autenticidad, resaltando la conexión con la naturaleza y el entorno rural.

Historias mínimas (2002): La película utiliza escenarios patagónicos para reflejar la cotidianidad y las pequeñas historias que, aunque simples, tienen un gran impacto emocional. La vastedad del paisaje ayuda a enfatizar la sensación de soledad y reflexión en los personajes.
Una sombra ya pronto serás (1994) y Eversmile, Nueva Jersey (1989): Utilizan el paisaje para profundizar en las emociones y los viajes internos de los personajes, donde la naturaleza patagónica funciona como un espejo de sus estados de ánimo.
La película del rey (1986): Se beneficia del paisaje patagónico, que aporta un fondo visual que enriquece las historias de personajes en busca de identidad, justicia o redención, resaltando la dureza y belleza del entorno.
En resumen, y como un aporte adicional a la nota, me doy el gusto de compartir con ustedes, los lectores de la Revista 24 Cuadros, este sentido pensamiento: La Patagonia argentina no solo es un escenario físico en estas obras, sino que también actúa como un personaje más, aportando atmósfera, simbolismo y profundidad a las historias que allí se desarrollan y bien podría ser un escenario ideal para una serie policial de industria nacional. Apoyemos al cine nacional (incluyendo las series de calidad) y la utilización de los hermosos paisajes que tiene nuestro país que, de alguna manera, hablan de y por nosotros, como nuestras películas.



