La sorprendente buena salud del policial inglés

En estos tiempos, en los que parece que todas las edades de oro han sido superadas y solo nos quedan los restos, es gratificante traerles buenas noticias: el policial inglés está pasando por un gran momento. Hay unas tres o cuatro personas más contentas que antes de leer estas líneas.

Todas las industrias audiovisuales producen policiales. Es un género popular. No es inhundible, pero lo cierto es que incluso en los años en los que parece que todo lo que se estrena es mediocre, siempre tiene propuestas nuevas. Por supuesto, y no nos vamos a extender aquí, hay policiales de fórmula, que tratan con el caso de la semana, y policiales de arco narrativo, en el que cada temporada es un caso, y los mixturados. Ya se ha escrito en estas mismas páginas sobre ello, y no es necesario volver a hacerlo.

Los ingleses están produciendo policiales para TV desde siempre. Ya sea la BBC, ITV o Channel 4. En nuestro podcast “El cuarto cerrado” y en varios artículos hemos dado cuenta de algunos de ellos, como Prime Suspect (Lynda La Plante – 1991 – 2007 – 7 temporadas), Inspector Morse, Cracker, Endeavour, The Fall, Sherlock, Broadchurch, Criminal, Vera, Happy Valley, Wallander, Line of Duty, Red Riding, Luther y tantísimos otros.

Pero este artículo no es para vivir en el pasado, sino para hablarles del presente y mencionarles policiales ingleses actuales. El problema, y aquí yace la gran incógnita, es porque a pesar de que en Argentina tenemos Netflix, Amazon, Disney+, Paramount, Apple, y una larga serie de etcéteras, es imposible ver estas series inglesas, que tuvieron amplio éxito en su país de origen, en un streaming en el ámbito local.

The Long Shadow

The Long Shadow (Lewis Arnold / George Kay – 2023) es una miniserie de 2023 que narra la investigación sobre el “Descuartizador de Yorkshire”, un asesino serial que azotó el norte de Inglaterra entre 1975 y 1981. Lo primero que llama la atención es el elenco estelar, encabezado por Toby Jones, David Morrisey, Michael McElhatton, Lee Ingleby y Steven Waddington.

La miniserie solo tiene de “mini” el nombre: es enorme. De hecho, la magnitud de la producción es inusual para el medio, no solo por la perfecta reproducción de época, sino por la cantidad de personajes y el empeño que se pone en que los conozcamos a todos, ya que, si bien es un policial puro y duro, el énfasis narrativo está puesto en las vidas de las víctimas y en los efectos devastadores que la investigación tuvo sobre los policías que la llevaron adelante.

El inicio, impecable, da cuenta de cómo la crisis económica de los años setenta en el Reino Unido arrastró a muchas mujeres a la prostitución y nos pone en contexto y lugar en la Inglaterra del norte, de clase trabajadora, que poco tiene que ver con el Londres cosmopolita de otros relatos, las mansiones aristocráticas, o los coquetos cottages de la campiña.

Lo más cercano a The Long Shadow en la TV inglesa, y está lejísimos, es esa pequeña joya de 2006 llamada Life on Mars (Tony Jordan – Matthew Graham – Chris Chibnall – 2006).

Se puede arriesgar que estamos ante la versión inglesa de Zodiac (David Fincher – 2007), por su ambición narrativa y mirada sobre los efectos devastadores en la sociedad, las víctimas y los policías, que tuvo la aparición de un asesino de estas características. Cabe destacar la figura del director de todos los episodios, llamado Lewis Arnold, un nombre clave en el policial moderno inglés.

Blue Lights

Hay un subgénero de policial muy norteamericano, que es el relato de “patrullero”. Alejado de los grandes misterios, los asesinatos y hasta de los detectives, a los que muchas veces desprecia, está emparentado estéticamente con la serie “documental” (por llamarla de alguna manera), tipo “Policías en acción”. Pertenecen a este nicho series como Southland (Ann Biderman – 2009 – 4 temporadas) y The Rookie (Alexi Hawley – 2018 – 6 temporadas).

La contrapartida inglesa se llama Blue Lights (Declan Lawn – Adam Patterson – 2023 – 2 temporadas hasta ahora), pero es una trampa. Blue Lights se esconde detrás de su template de policial de patrullero para camuflar su punto de ataque. En realidad, tiene la ambición de ser The Wire (David Simon – 2002 – 5 temporadas). Está claro que no lo es, en principio porque el diseño de sus personajes es más melodramático, pero tampoco es común que quiera serlo. Su intención es contar una ciudad, su pasado y presente; su problemática con el narcotráfico y cómo atraviesa todos los estamentos de la sociedad, mientras sus protagonistas –los policías– entienden que el trabajo que hacen es imposible, y los narcos, lejos de ser los villanos esquemáticos, son gente harta, presionada, y manejada por interés y poderes más grandes que ellos.

Blue Lights está ambientada en Belfast, Irlanda del Norte, en la actualidad. Una de las cosas que aprendemos viéndola, es que los conflictos del pasado, llamados “the troubles” (los problemas), están bien presentes, en la forma de exterroristas del IRA reconvertidos a narcotraficantes, servicios de inteligencia ingleses que interfieren con el trabajo policial, soldados ingleses que se concentran en barrios “leales”, policías que todos los días revisan sus autos particulares para ver si no les han plantado una bomba, y un estado policíaco en el que las fuerzas de seguridad, sobre la base del conflicto vivido, tienen facultades especiales. En solo seis capítulos de la primera temporada, logra empatía absoluta con los personajes, contarnos una problemática social, plantearnos un misterio, y ponernos en contexto histórico y geográfico.

Estamos ante una serie que reconoce a las grandes series de la historia y no las homenajea, sino que se las apropia y trata de contar su relato con estas bases. Y si no, traten de recordar a otro personaje escurridizo que hace tratos en una casa rodante en medio de la nada.

The Responder

El segundo policial “de patrullero” de esta lista es The Responder (Tony Schumacher – 2022 – 2 temporadas). Un cambiado Martin Freeman interpreta a Chris Carson, patrullero del turno nocturno en una peligrosa Liverpool, que mientras trata de salvar su matrimonio y su salud mental, tiene que lidiar con narcos, una oficial novata a la que tiene que entrenar para sobrevivir en las calles y, para colmo de males, tiene una tendencia a quedar del otro lado de la ley. Estos elementos hacen que esta serie sea una versión condensada de The Shield (Shawn Ryan – 2002 – 6 temporadas).

El ambiente es sórdido y el clima, asfixiante. Freeman interpreta a Carson como un volcán que humea a punto de hacer erupción. Es hard boiled del bueno. Y encima, corto. Las temporadas tienen 5 episodios.

Por si fuera poco, The Responder da cuenta de la Inglaterra postbrexit y post-pandemia en una de las ciudades portuarias más importantes de Europa, y epicentro del narcotráfico en el Reino Unido, en un contexto mucho más conflictivo en el que las clases trabajadoras la están pasando muy mal.

Rebus

En solo veinte años, ya es la tercera vez que traen a la pantalla chica al inspector creado por el escocés Ian Rankin. Es evidente que el público espera una adaptación definitiva sobre el policial más característico de Edimburgo.

Rebus tiene un gusto más norteamericano que inglés; es más noir que murder mystery. Los casos suelen llevar al inspector Rebus a los bajos fondos del hampa escocesa. Las novelas y las series están totalmente enamoradas e imbuidas en la geografía urbana de la antigua ciudad del norte de la isla, como sucede con Bosch con Los Ángeles.

En esta primera temporada no se adapta directamente ninguna de las novelas de Rankin, sino que es una suerte de mash-up de situaciones y personajes de las más de 20 misterios de Rebus.

Merece una mención especial la aparición de uno de los tropos más notorios del último lustro de policiales ingleses, que es el de los veteranos de la guerra en Afganistán, usualmente miembros de fuerzas especiales y escuadrones de elite, que al regresar a casa se encuentran en una situación económica apremiante y vuelcan sus aptitudes al delito.

Esta mano de obra desocupada se encuentra en un entorno en el que se da cuenta de que las cosas en el Reino Unido “andan mucho peor que antes”, como dicen sus personajes. Atrás quedaron los tiempos de Unión Europea, de ser uno de los epicentros de la cultura y economía mundiales, y rápidamente, después de las experiencias neoconservadoras de los últimos años, y el retorno de la ultraderecha, los personajes sienten que la debacle no es inminente, sino que ya llegó.

Algunos más

Las cuatro series (o miniseries, en el caso de The Long Shadow) mencionadas forman parte de un grupo más grande. Si alargamos la selección, o la línea de tiempo, aparece Des (Lewis Arnold – 2020 – 3 episodios), una miniserie sobre el asesino serial escocés Dennis Nilsen, que tiene como punto de ataque su confesión casi inmediata, una vez que los vecinos encuentran restos humanos que tapan el drenaje del condominio que compartían. Del mismo director y showrunner, el mencionadísimo Lewis Arnold, se está emitiendo también Sherwood (2022 – 2 temporadas hasta ahora) sobre los crímenes en una comunidad minera, que tienen ecos con el pasado y las huelgas en la década de los ochenta, durante el gobierno de Thatcher.

La lista es inabarcable. Manhunt (Marc Evans / Colin Sutton / Ed Whitmore – 2019 – 2 temporadas) cuenta la historia, a partir de la autobiografía del propio Colin Sutton, de la investigación sobre el “Acechador Nocturno” inglés, un feroz asesino serial con preferencia por mujeres de la tercera edad, viviendo solas. En la misma línea de las 3 anteriores, se encuentra Los crímenes de Essex (White House Farm – Paul Whittington – 2020), sobre el brutal asesinato de una familia completa en una casa en la campiña inglesa en 1985.

Desde ellas, rápidamente, se llega a Karen Pirie (Emer Kenny / Val McDermid – 2022 – 2 temporadas), una serie de la modalidad “cold case”, muy en la línea de Unforgotten (Chris Lang – 2021 – 6 temporadas), esta última ampliamente vista en Argentina, gracias a su inclusión en Flow. Son policiales más clásicos, en los que se vuelven a investigar crímenes del pasado. Usualmente no rebozan de acción, sino que su ejecución y resolución es más cerebral.

No hay forma de mencionarlas a todas, pero esta lista es un buen comienzo. El “no hay nada para ver” es solo una evidencia del gusto de los que compran material para los servicios de streaming. Salvo que haya una política activa casi militante de los productores del Reino Unido de no exportar su material, no hay explicación posible para lo dificultoso que resulta que estas series y miniseries –y estamos hablando de decenas– lleguen a nuestras pantallas, mientras que se nos inunda de películas y series usualmente más caras y bastante peores. Otro misterio de la distribución mundial, que prefiere rehacer de manera horrible Se presume inocente (David Kelley – 2024) antes que facilitarle a la audiencia mundial una joya como The Long Shadow.