Manuscritos de Tython, reflexiones sobre Star Wars XII: Seguidores Oscuros

El ciclo del arte

Todos los movimientos artísticos, ya sean pictóricos, literarios o audiovisuales, atraviesan un ciclo que posee diversas etapas que ocurren más o menos de manera similar.

  1. Origen: momento en el que se sientan las bases y los arquetipos que aparecerán a lo largo de todas las obras del movimiento.
  2. Apogeo: momento máximo del movimiento cultural, los arquetipos se desarrollan, se profundizan y aparecen los mejores exponentes. Aunque no todo lo creado durante esta etapa sea de máxima calidad, lo que prima es el impacto cultural y su influencia dentro de la sociedad.
  3. Decadencia: los arquetipos se transforman en estereotipos, las bases presentadas durante el Origen se convierten en lugares comunes y clichés; surgen los exponentes menores, hasta llegar al agotamiento y la saturación artística. También es cierto que no todo lo que se realiza durante este período es de baja calidad, pero la huella dejada dentro de la cultura es cada vez menor y los influjos dentro de la sociedad se convierten paulatinamente en nulos.
  4. Sátira: se toman los estereotipos y lugares comunes y se los eleva a una situación grotesca y ridícula, referenciando los exponentes producidos durante el Origen y el Apogeo.
  5. Revisionismo: marcado por el retorno a las bases, la renovación de los arquetipos y aparición de exponentes que llevan a la reflexión y a un análisis profundo de todo el movimiento.

El ciclo del arte es imperturbable y ocurre desde que los seres humanos comenzamos a pintar en las paredes de las cuevas y a narrar historias alrededor de una fogata.

El fenómeno increíble de una saga galáctica

Si bien Star Wars no es un movimiento cultural, pero sí una saga que ya cumplió 47 años y que cuenta con muchísimo material audiovisual y literario, debe tomarse como un importante referente del arte por su impacto cultural, así como por su influencia en la sociedad. El factor tiempo y la cantidad de historias entregadas propiciaron que no fuera inmune al ciclo del arte y las producciones actuales ponen en evidencia que ya ha transitado por los dos primeros estadios. El Origen se dio en 1977 momento en que se estrenó Star Wars: A New Hope. George Lucas revolucionó la época no sólo con efectos especiales nunca vistos, sino trayendo a las generaciones jóvenes una mitología que parecía destinada a unos pocos. Por medio de Luke Skywalker y sus compañeros se dio un nuevo impulso a los viejos héroes mitológicos e incluso a aquellos aparecidos durante los primeros años del cine; se reformuló la narrativa clásica y muchas de sus influencias, historias destinadas a juntar polvo en las bibliotecas y cinematecas pasaron a engrosar el interés de miles de personas ávidas de conocimiento. Entre los años 1978 y 2012 transcurrió el período de Apogeo, los arquetipos y argumentos se desarrollaron, dando paso a nuevos enfoques para contar la historia. En el año 2012 se produjo un hito en la historia de Star Wars, que más rápido que lento produjo su ingreso en la Decadencia. Cuando la compañía Disney se hizo con los derechos de la saga, fue con una intención de explotar el negocio y llevarlo a los extremos para recuperar la inversión y generar ganancias. Con esto no quiero decir que todo lo producido durante esta época sea de mala calidad, pero la cantidad de material audiovisual realizado en tan solo 12 años supera por mucho el que se produjo durante los otros 35 años desde el Origen. El paso de arquetipos a estereotipos y el surgimiento de reiteraciones narrativas que llevan a los lugares comunes son innegables, y lo que muchas veces se ve como homenajes al material clásico no son más que simples copias y falta de originalidad.

Jedis, brujas, señores oscuros y acólitas

Es difícil hacer una crítica sobre la última serie producida por Disney y parecer imparcial, ya que lamentablemente está siendo atacada de manera masiva por cuestiones incorrectas que no hacen a la narración. Por lo tanto, basaré mi opinión en los problemas narrativos que presenta dejando de lado los conflictos de género que van más allá de la obra y no influyen en nada en la calidad de la historia presentada.

The Acolyte es un material mediocre, los argumentos de los episodios emitidos al momento de escribir esta nota son pobres y están plagados de situaciones inverosímiles, explicaciones forzadas y personajes estereotipados que no tienen sus objetivos claros. Se puso más énfasis en contratar estrellas de la talla de Carrie-Anne Moss y Lee Jung-jae o jóvenes promesas como Amandla Stenberg y Dafne Keen, que en contar una buena historia. Todas sus interpretaciones, como las de los actores y actrices secundarios, son correctas y se nota que están muy cuidadas, de la misma manera la ambientación lograda es una de las mejores vistas hasta ahora; pero todos sabemos que no garantizan una buena narración si no se presta atención a los distintos aspectos que la conforman. La cadena de causa y efecto, algo esencial en todo buen argumento, está contada de manera simple y burda, mientras que los planteados de distintos elementos narrativos se recuperan más adelante de una manera que no se condice con el planteo inicial. Se presenta a los Jedi como personajes ingenuos, que se mueven con impunidad y son fácilmente manipulables. En los dos primeros capítulos hay una romantización del Lado Oscuro, que para el cuarto episodio cambia de manera rotunda con una explicación por demás inverosímil; pero lo más problemático tal vez sea que se toman elementos importantes de la mitología de Star Wars y se los banaliza llevándolos al plano de lo casi cotidiano.

Ya desde el texto introductorio que aparece en el primer episodio se detectan algunas incongruencias. En un intento por situar a los espectadores dentro de la trama, se cuenta que cientos de años antes del surgimiento del Imperio se vive una época de paz, pero unos pocos poderosos aprenden a usar la Fuerza en secreto, mientras una asesina solitaria se arriesga a ser descubierta buscando venganza. Resulta obvio que este texto plantea una incógnita que deberá resolverse a lo largo de la serie, ¿quiénes son estos pocos poderosos? Esto supondría un buen comienzo si no fuera porque a los pocos minutos de iniciada la historia nos damos cuenta de que la asesina solitaria no está tan sola, ya que tiene un ayudante que además la guía hacia sus objetivos; y también posee un maestro que fue quien le dio la misión de eliminar a un grupo de caballeros Jedi, por lo que tampoco se ha arriesgado motu proprio, puesto que está cumpliendo una orden de su inmediato superior.

Las protagonistas son dos hermanas gemelas, pareciera como si los nuevos guionistas de narraciones de Star Wars tuviesen miedo de escapar del eje temático del doble encarnado por dos personas. Mae y Osha pertenecen a un aquelarre de brujas usuarias de la Fuerza, a la cual llaman el Hilo; esto no representa ningún problema porque en las historias del viejo Universo Expandido se crearon diversas sociedades que utilizaban la Fuerza de varias maneras y le daban un nombre distinto. El inconveniente surge cuando se revela que ambas niñas fueron creadas mediante la manipulación de la Fuerza por Madre Aniseya, la líder del grupo. Esto contradice lo planteado en la Trilogía Secuelas que indicaba que el uso de la Fuerza para crear vida era posible pero muy difícil, por eso Anakin Skywalker personificaba la profecía del Elegido. Si cualquier usuario de la Fuerza puede hacer este manejo, el vaticinio deja de tener sentido. El conflicto entre las hermanas está dado por lo que las brujas llaman la Ascensión, ritual de pasaje en el que las niñas se convierten en brujas. Mae desea hacerlo con todas sus fuerzas mientras que Osha no está tan segura. La ceremonia se interrumpe por la llegada de cuatro Jedis: tres humanos, Indara, Sol, Torbin y el wookie Kelnacca, grupo que deberá ser eliminado a lo largo de la trama. Ni bien los ve, Osha se encapricha con que quiere formar parte de la Orden en lugar de quedarse con el aquelarre. Mae no puede permitirlo y desencadena la tragedia cuando intenta frenar a su hermana encendiendo fuego, lo que provoca, o al menos eso es lo que se da a entender en un principio, la muerte de todas las brujas. Osha es rescatada por Sol, quien se convertirá en su maestro, y Mae cae al vacío al ceder un puente, por lo que la dan por muerta. Todo esto se narra mediante un racconto en el tercer episodio, en el que los conflictos internos de las niñas no se llegan a profundizar y la información proporcionada por medio de los diálogos queda bastante forzada; las actitudes antojadizas de ambas niñas sólo se explican como un intento de encajar un conflicto para dar avance a una trama que se nota estancada y sin sentido. En esta secuencia también se refuerza la imagen abusiva de los Jedis que en lugar de ser la de guardianes de la paz, se trastoca en la de secuestradores de niños, mostrando un accionar que roza lo abusivo y contradiciendo todo lo narrado en las historias previas de la saga.

El primer episodio está lleno de inverosimilitudes. Mae es una acólita, aprendiz del Lado Oscuro, que obliga a la maestra Jedi Indara a pelear por su vida y, justo cuando ella decide usar el sable de luz, la muchacha le dice “Un Jedi sólo saca el sable cuando va a matar a alguien”, con lo que Indara lo guarda y termina perdiendo la vida por medio de un ardid de su contrincante. ¿Tan fácil de manipular es un Jedi?, ¿por qué guardar el sable de luz cuando su vida corre peligro? La única explicación posible es la de forzar el guion para que la protagonista gane y continúe la historia. Por otro lado, Osha no logró convertirse en Jedi y trabaja de mecánica en una nave que se encuentra en medio del Espacio; es acusada por los testigos como la asesina de Indara y apresada, aunque pueda demostrar que nunca abandonó la nave, por sus antiguos compañeros de la Academia Jedi. En lugar de ser escoltada por ellos a la prisión como corresponde, es enviada en una simple nave de prisioneros que perpetran un escape bastante chapucero y la dejan abandonada a su suerte. Esta nave cae en un planeta helado donde Osha, a modo de un paupérrimo descenso al inframundo, tiene visiones de su hermana que le indican que no ha muerto; todo esto es seguido por la llegada de Sol, que lidera un grupo que tiene la orden de recapturarla; pero Osha lo convence en dos minutos de que Mae está viva y es la verdadera responsable de la muerte de Indara, pasando de ser el objetivo a formar parte del grupo que ahora debe atrapar a su hermana. Otra muestra de lo fácil que es manipular a un Jedi y de torcer los acontecimientos para que se ajusten a las intenciones del guionista de manera apresurada y para nada natural.

A esta altura de la nota, podrías estar pensando que estoy hilando muy fino, pero los ejemplos se suceden uno tras otro en una serie que, por el momento, no está dando nada aceptable a nivel narrativo. El último ejemplo que daré, y estoy dejando un montón afuera, tiene por protagonista al mencionado Kelnacca. Cuando Mae debe enfrentarlo, ya que es su próximo objetivo, se nos explica por medio de diálogos como no podía ser de otra manera, que vencer a un wookie jedi es una tarea muy difícil, por no decir imposible y, cuando la joven, al descubrir que Osha está viva, en lugar de enfrentarlo decide rendirse ante él y demostrar que puede abandonar el Lado Oscuro de forma simple para caminar el Lado Luminoso, lo encuentra muerto por una herida de sable de luz hecha por su Maestro Oscuro. Con esta elipsis, la feroz pelea entre dos personajes poderosos se resuelve fuera de cuadro, desaprovechando una situación que podría haber levantado un poco la tensión en una trama que se desarrolla por demás aburrida y predecible.

Conclusión

Estar transitando la etapa de Decadencia no es algo malo. Sólo se trata del desarrollo normal de cualquier movimiento artístico o, en este caso, una saga que se perpetuó en el tiempo por casi 50 años. Puede gustarnos o no lo que Disney entrega en este momento, pero no podemos cerrar los ojos ante la falta de originalidad y poca profundidad de la mayoría de las historias. Estamos presenciando un fenómeno que se llama explotación y, de la misma manera que la ira y el miedo conducen al Lado Oscuro, este camino lleva a la saturación y el agotamiento. La mitología y la narrativa espacial creadas por George Lucas deben seguir su curso. Me encantaría que el proyecto de Taika Waititi, experto en humor y parodia, viera la luz porque tal vez sería el indicador de que se está dando el primer paso hacia el Revisionismo.