Todos nos llamamos Fassbinder: sobre «Peter von Kant», de Franҫois Ozon

Al momento de escribir esto Franҫois Ozon ya tiene terminada su siguiente película. Se trata de Mi crimen, la protagoniza Isabelle Huppert, y está lista para empezar a festivalear en marzo, porque si hay un director prolífico hoy en día es él, que desde Sitcom de 1998 nos tiene acostumbrados a una por año.

Fiel a sus influencias, el melodrama de Sirk y Ophüls, el pastiche de Almodóvar y la intriga hitchcockiana, esta vez se pone al hombro un homenaje explícito a otro de sus ídolos, Fassbinder, con el que además de afinidades estéticas y temáticas también comparte el vicio por la cámara, la manía por el rodaje, esa pulsión que dejó al director alemán con 42 películas estrenadas cuando murió a los 37 años de sobredosis.

Peter von Kant, que fue la película de apertura de la última Berlinale, es una versión libre de Las amargas lágrimas de Petra von Kant, de 1972, pero con los roles invertidos. Petra (Margit Carstensen) era una diseñadora de modas que perdía la voluntad frente a una amante caprichosa, interpretada por Hanna Schygulla. En esta nueva entrega Peter es un director de cine que vive en una mansión excesiva, imposible, junto a su ayudante mudo Karl (en la del 72 la muda se llamaba Marlene y la hacía la legendaria Irm Hermann). Peter tiene una musa, Sidonie (hipnótica Isabelle Adjani con pelucón), que lo visita y le presenta al joven Khalil, un amante compartido que va a hacer que Peter pierda la cabeza y la dignidad.

Como sucedía con Petra, todo el poder y el maltrato que ella le entregaba al mundo le volvía en forma de dolor cuando se enfrentaba a ese objeto amado que engaña y humilla en la cara. En este caso, al cambiarle el género y convertirlo en director de cine, Ozon moldea a Peter en base a Fassbinder y a su propia biografía, la del genio que también era un perverso con su entorno y destructivo con los demás y también con él mismo, como muestra Las mujeres de Fassbinder, ese documental de Rosa von Praunheim del año 2000 que se puede ver en YouTube.

Ozon no se cansa de homenajear al director. Cuenta en una entrevista que se le ocurrió hacer esta versión en plena pandemia, necesitaba pensar en algo teatral que no implicara esfuerzos ni grandes locaciones, como en su película de 2000 Gotas que caen sobre piedras calientes, también basada en una obra de teatro del alemán.

Peter es interpretado por Denis Ménochet, calcado de cualquier foto de Fassbinder que se puede encontrar en Google imágenes, también hasta se permite el capricho de contar con Hanna Schygulla como la madre del protagonista, la única actriz que aparece en ambas versiones.

A la hora de preguntarnos qué sentido tiene traer esta obra a 2022 con todas estas modificaciones, lo primero que se le viene la cabeza a uno es eso: un capricho, devoción de fan obsesivo, y no se lo puede juzgar, el resultado no es malo y Ozon le otorga a Peter un final menos amargo que a Petra, casi que lo redime y no lo deja solo, le quita las lágrimas.